Los fondos de cambio son fondos de inversión, organizaciones jurídicas en forma de copropiedad de inversores que se benefician de las variaciones de los tipos de cambio.
Entre los fondos más conocidos se encuentran aquellos que buscan lucrar con el movimiento del dólar estadounidense frente al real brasileño. Sin embargo, es habitual encontrar otros basados en euros y libras por ejemplo.
En este fondo también hay que tener en cuenta la existencia de los llamados “come-cuotas”, que participan en las cuotas dos veces al año como consecuencia de un anticipo del impuesto sobre la renta.
Cómo funcionan los fondos de intercambio
Los fondos de inversión del mercado de valores en Brasil están regulados y supervisados por la Comisión de Bolsa y Valores (CVM). Su regulación está presente en la "Instrucción CVM 409/04", relativa a los fondos de inversión.
Al igual que otros fondos de inversión, los fondos de cambio captan capital de un grupo de inversionistas para ser utilizado en inversiones financieras por parte de la administradora. Para participar, el inversionista debe adquirir acciones del fondo, convirtiéndose en accionista del fondo.
El administrador del fondo puede invertir capital en su principal factor de riesgo: fluctuaciones en los precios de las monedas extranjeras o cambios en el tipo de cambio del cupón. Esto se convierte en la composición de la cartera, que puede consistir en cualquier activo de divisas.
La característica principal de los fondos de cambio es que al menos el 80% del capital debe estar invertido en activos de divisas. Los fondos más comunes apuestan por la evolución del dólar, incluido el cupón (tasa de interés del dólar brasileño).
Renta e impuestos
Los ingresos de los fondos en moneda extranjera difieren según la forma en que se administra el fondo y los cambios en los tipos de cambio inherentes a las inversiones realizadas. Pueden reducirse en función de los costes de inversión: tasas de gestión, tasas de rendimiento e impuestos.
En cuanto a la tributación, el inversionista debe contar con la presencia del IOF (Impuesto a las Operaciones Financieras) y del IR (Impuesto a la Renta, aplicado a la renta. En ambos casos la tributación disminuye a medida que se invierte el dinero en el fondo.
El IOF se reembolsa solo si la participación se reembolsa dentro de los 30 días posteriores a la solicitud, con un rango entre 96% y 0%. El impuesto a la renta, en cambio, puede aplicarse dos veces al año, sobre las denominadas acciones "as", y también sobre la redención decreciente.
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